atención temprana


Continuamente descubrimos  nuevas ideas  para trabajar con los más pequeños, proponen incluso con la propuesta de hacer al bebé más inteligente ¡¿más aun…?!  Claro está que cuantas más oportunidades para aprender les propongamos, mucho mejor van a adquirir los conocimientos, (ni más rápido ni menos rápido que ningún otro pequeño, cada uno aprende a su ritmo)  pero estas oportunidades han de ser adecuadas a cada caso concreto, y en un ambiente seguro y apropiado para el pequeño, y como papás y mamás es muy importante informarse antes de elegir un determinado programa para los más pequeños, es importante conocerlos bien, que les gusta, que no, cuáles son los horarios en los que él está más receptivo y nosotros menos cansados… es importante trabajar desde el absoluto respeto a los más pequeños, conociendo sus tiempos,  su momento evolutivo… es necesaria una dosis importante de observación, cariño y respeto para que todos sus aprendizajes sean lo más significativos posible, ¡ y cuanto más divertidos mejor!

A la hora de buscar actividades, a menudo se confunden dos conceptos que nos hacen dudar si esta es adecuada o no.  Son  la  Estimulación temprana (o precoz) y el de Atención temprana.

Comencemos por definir qué es la atención temprana: Según el Libro Blanco de Atención temprana, que regula esta disciplina; “Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar.” Son un conjunto de intervenciones dirigidas al niño y su familia, con la intención de paliar alteraciones en el desarrollo o bien prevenir su aparición, lo más tempranamente posible, para facilitar la evolución adecuada en cada una de sus áreas del desarrollo respetando el ritmo individual de cada niño, las personas que llevan a cabo este tipo de programa, han de ser profesionales con formación específica en desarrollo infantil, atención temprana, neurodesarrollo… o cualquier otra formación complementaria a su formación universitaria (terapeutas ocupacionales, pediatras, psicólogos, maestros, logopedas, trabajo social…) Todos ellos han de trabajar de forma conjunta, ya que se entiende al niño como un ser global y cada uno lo atiende desde su disciplina concreta.
La atención temprana pretende:

·        Reducir los efectos de una deficiencia o déficit sobre el conjunto global del desarrollo del niño
·        Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño.
·        Introducir los mecanismos necesarios de compensación, eliminación de barreras y adaptación a necesidades específicas.
·        Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo.
·        Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño.
·        Considerar al niño como sujeto activo de la intervención.

Hablando de la estimulación precoz, para niños sin ningún tipo de déficit, ni riesgo a padecerlo, hemos de andar con mucho ojo, generalmente no es peligroso, pero a veces si puede resultar incómodo para los pequeños.
 La estimulación precoz tienen la finalidad de desarrollar al máximo cada una de las potencialidades de los más pequeños, algo importante, pero no extremadamente necesario (y cuando digo esto se que me tiro piedras sobre mi tejado)  hay programas que pretenden crear lectores maravillosos, otros grandes músicos… Todo está muy bien siempre que los pequeños estén preparados biológicamente para adquirir ese conocimiento concreto, sin forzar en absoluto ningún paso previo para la adquisición de estos conocimientos, (para aprender a hablar primero ha de controlar los músculos de su boquita y para eso necesitará mamar mucho!) y lo más importante. ¡Que ellos quieran! De nada sirve ponerle un piano delante si lo que le gusta es la guitarra, o prefiere un rincón tranquilo donde pintar con sus colores (para ser como Picasso)
 La estimulación precoz (al menos como yo la entiendo) ha de partir de la base de las diferentes etapas evolutivas de los más pequeños, y saber que en los primeros momentos, la mejor estimulación son los brazos y besos de papá y mamá, por lo que estos programas, han de servir como excusa para abrazar y besar más a nuestros pequeños, y han de presentarse desde una postura lúdica y con profundo respeto,  comprensión, paciencia y aceptación a los niños, y no como un bombardeo de estímulos sin sentido,  fuera de contexto y sin una actitud de escucha adecuada. Los bebés y los niños nos muestran con sus señales,  verbales y no verbales, cuáles son sus necesidades de estimulación reales, por lo que en estos programas, lo que principalmente se ha de promover,  es una actitud de escucha activa hacia los peques de la casa, fortaleciendo el vínculo que les une a sus cuidadores principales, y dando herramientas adecuadas para que los papás y mamás realicen estos programas de forma autónoma, en un entorno natural, mediante el juego y el cariño.








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